Antiguo TestamentoEl Extraordinario Texto Hebreo detrás de Tu Biblia en Español El Texto Masorético es el fruto del genio de los eruditos textuales judíos que codificaron la pronunciación del texto hebreo. Kim PhillipsLa apertura de Números en el Pentateuco de Yonah (siglo XIV). BL Add MS 21160. Dominio público9 agosto, 2022 CompartirFacebookTwitterLinkedInImprimir Nivel La mayor parte del Antiguo Testamento fue escrito en hebreo (con un poco de arameo, principalmente en Esdras y Daniel). El Nuevo Testamento, por otro lado, fue escrito en griego. Cuando lea su Biblia en una de las traducciones modernas al español, esa traducción se habrá hecho directamente de las ediciones basadas en los manuscritos griegos del Nuevo Testamento y los manuscritos hebreos del Antiguo Testamento. Estos manuscritos hebreos del Antiguo Testamento generalmente se denominan (un poco confusos) manuscritos de la “Biblia hebrea”. En este artículo estamos hablando de un tipo muy especial de manuscrito de la Biblia hebrea: los manuscritos de la Biblia Masorética (que contienen el Texto Masorético). Pero antes de acercarnos y centrarnos en ellos, tengamos una idea aproximada de la difusión (a lo largo del tiempo) de todos los diversos tipos de manuscritos de la Biblia hebrea. Manuscritos de la Biblia a través de las Eras La parte más antigua de la Biblia hebrea que se conoce actualmente se remonta a los siglos VII y VI a. C. En un cementerio de Jerusalén, en un lugar llamado Ketef Hinnom, se encontraron dos amuletos hechos con pequeños rollos de plata. En uno de esos rollos había parte de la oración de Números 6 a la que se hace referencia como la Bendición Sacerdotal. Los amuletos de Ketef Hinnom son la porción más antigua de la Biblia hebrea. Fuente Los amuletos de Ketef Hinnom son (según el estado actual de nuestro conocimiento) excepcionalmente antiguos, pero solo conservan algunas frases del texto de la Biblia hebrea. La colección sustancial más antigua de manuscritos de la Biblia hebrea actualmente disponible es, por supuesto, los Rollos del Mar Muerto. Además de muchos otros textos, los Rollos del Mar Muerto contienen miles de fragmentos de más de 200 rollos bíblicos, escritos principalmente en hebreo. Estos datan aproximadamente de mediados del siglo III a. C. hasta finales del siglo I d. C. Muchos de estos fragmentos son diminutos y contienen solo unas pocas letras, mientras que otros son mucho más completos: el famoso Gran Rollo de Isaías ocupa un lugar destacado como el rollo bíblico más completo de Cumrán. Related El Gran Rollo de Isaías fue uno de los primeros descubiertos. Hoy, se encuentra en el Santuario del Libro en Jerusalén. Foto de Dennis Jarvis ¿Cuánto puede probar el Rollo del Mar Muerto más famoso?El Gran Rollo de Isaías es una pieza crucial del rompecabezas del Antiguo Testamento, pero no nos da el cuadro completo. Anthony Ferguson Entonces, los Rollos del Mar Muerto nos brindan nuestra primera colección a gran escala de manuscritos de la Biblia hebrea: una explosión de datos textuales, de los siglos inmediatamente anteriores y posteriores a la muerte y resurrección de Jesús. Son un recurso de una importancia inimaginable, aunque no sin sus limitaciones. Lo más obvio: la gran mayoría de los rollos son muy fragmentarios. De los 915 versos del libro de Proverbios, por ejemplo, los Rollos conservan solo fragmentos de 48 versos, muchos de los cuales están representados por solamente unas pocas letras existentes. Lamentablemente, después de los Rollos del Mar Muerto, el rastro se enfría en nuestra búsqueda de manuscritos de la Biblia hebrea. Lamentablemente, después de los Rollos del Mar Muerto, el rastro se enfría en nuestra búsqueda de manuscritos de la Biblia hebrea (aunque los manuscritos que contienen traducciones de la Biblia al griego, latín, siríaco, etíope y otros idiomas han sobrevivido en relativa profusión). Durante los siguientes setecientos u ochocientos años solo tenemos un puñado de restos de manuscritos de la Biblia hebrea. Se deben haber seguido produciendo y usando rollos de la Biblia hebrea, pero sobreviven muy pocos rastros de ellos. Los pocos fragmentos de pergaminos que tenemos de finales de este período oscuro únicamente han sobrevivido a fuerza del hecho de que fueron guardados para el entierro (de acuerdo con la práctica judía de entonces y ahora), sin embargo, por feliz providencia, nunca recibieron ese entierro. Este período oscuro llega a su fin alrededor del año 900. Muchos fragmentos de manuscritos de la Biblia hebrea han sobrevivido entre el 900 d. C. y el 1000 d. C., así como un puñado de manuscritos más grandes y completos. Una gran cantidad de manuscritos de la Biblia hebrea, algunos muy completos y hermosamente producidos, sobreviven desde el siglo XI en adelante. Muchos de estos se encuentran actualmente en bibliotecas de Cambridge, Oxford, Londres, San Petersburgo y otras ciudades europeas. De acuerdo con nuestro estado actual de conocimiento, el manuscrito completo de la Biblia hebrea más antiguo (que contiene todos los libros del Antiguo Testamento en un solo volumen) que aún se conserva en su totalidad hoy en día, data del año 1008. Se llama el Códice de Leningrado. Volveremos a ello más tarde. Desde nuestra evidencia más temprana en adelante, el texto de la Biblia hebrea fue copiado en rollos (de ahí los Rollos del Mar Muerto). Desde la antigüedad, pasando por la Edad Media y hasta el día de hoy, el ritual judío requiere que el texto bíblico que se lee en la sinagoga se lea de un rollo, en lugar de cualquier otro formato de libro (recuerde que Jesús lee de un rollo en Lucas 4:16–20). No obstante, a partir del año 900 d. C. en adelante, aparece en escena un nuevo tipo de manuscrito de la Biblia hebrea, e inmensamente significativo, muy diferente a estos rollos: el manuscrito masorético. Manuscritos de la Biblia Masorética Comparemos (solo a nivel visual por ahora) este nuevo tipo de manuscrito de la Biblia hebrea, el manuscrito masorético, con el rollo de la Biblia hebrea más tradicional. La contribución de los masoretas se puede ver comparando el Codex Leningrad (izquierda) con Taylor-Schechter NS 1.3 (centro) y el Gran Rollo de Isaías (derecha). Imágenes de Sefaria, Biblioteca de la Universidad de Cambridge y Wikipedia. Imagen de Taylor-Schechter reproducida con la amable autorización de Syndics of Cambridge University Library. A la izquierda hay una página típica de un manuscrito masorético (el Códice de Leningrado, escrito en el año 1008 d. C.). Las imágenes del medio muestran parte de un rollo de Génesis, de alrededor del 900 d. C., mientras que las imágenes de la derecha son parte del Gran Rollo de Isaías, de alrededor del 100 a. C. El rollo de Génesis y el rollo de Isaías están separados en el tiempo por unos 1000 años, pero aparte del color del pergamino y el estilo de escritura, son bastante similares, ciertamente cuando se comparan con el manuscrito masorético. El manuscrito masorético, a diferencia de los rollos, contiene largas notas en los márgenes superior e inferior, y pequeñas notas comprimidas entre las columnas del texto bíblico. Mirando más de cerca el texto en sí: el texto masorético parece tener todo tipo de puntos, líneas y círculos arriba, abajo y dentro de las letras principales, que están totalmente ausentes del texto en los dos rollos. Otra diferencia dramática entre los manuscritos masoréticos y los rollos, que es más difícil de ver en las imágenes de arriba, es que los manuscritos masoréticos no son rollos; son códices (es decir, se ven y funcionan como los libros a los que estamos acostumbrados). ¿Cuál es el significado de toda esta innovación en los manuscritos masoréticos, después de más de 1000 años de conservadurismo? ¿De qué se tratan los puntos, líneas y círculos, y qué son esas notas marginales? Para responder a todas estas preguntas, debemos dar un paso al costado y considerar la naturaleza del idioma hebreo, y pensar más detenidamente en cómo se transmitió el texto de la Biblia hebrea desde mucho antes de la época de Jesús, hasta la “era masorética”. Hebreo como Lengua Consonántica El hebreo antiguo, como muchos idiomas semíticos, era un idioma consonántico. Esto solo significa que cuando se escribió, exclusivamente se registraron las consonantes de cualquier palabra dada; la mayoría de las vocales no estaban escritas (aunque, con el tiempo, comenzaron a introducirse cuatro consonantes particulares para indicar algunas de las vocales). Además, había poca o ninguna puntuación en las primeras formas escritas del idioma. Así, por ejemplo, la frase “la palabra del rey” se escribiría con las siguientes consonantes: דבר המלך. O, en transliteración al español: dbr hmlk. Este aspecto de la forma escrita del idioma significa que, con frecuencia, una palabra o frase dada puede interpretarse de múltiples maneras. Entonces, por ejemplo, la frase anterior podría leerse como se pretende: “la palabra del rey”, pero también podría leerse como: “el rey habló”, “¡habla, oh rey!”, “¡habla! ¡Nombra un rey!”, o incluso: “¡La peste fue entronizada como rey!”. Por supuesto, el contexto casi siempre es suficiente para aclarar tales ambigüedades. Imagínate si mi mujer me regalara una tarjeta en forma de corazón el día de los enamorados, con el siguiente texto: “t mr pr smpr”. El contexto justificaría mi lectura de esto como “¡Te amaré por siempre!”, en lugar de la alternativa teóricamente posible: “¡Tu muro para siempre!” El contexto es algo maravilloso: me siento amado y apreciado, y no tengo que preguntarme qué tiene que ver mi muro en todo esto. No obstante, incluso en el contexto, quedan algunas ambigüedades, en ocasiones ambigüedades teológicamente significativas. Como ejemplo, no necesitamos mirar más allá de las mismas palabras iniciales de la Biblia hebrea: בראשית ברא אלהים את השמים ואת הארץ והארץ היתה תהו ובהו וחשך על־פני תהוםBr’shyt br’ ’lhym ’t hshmym v’t h’rts vh’rts hyth thv vbhv vkhshkh ‘l pny thvm. Al aplicar un conjunto de vocales y pausas a este texto consonántico y sin puntuación, esta oración podría leerse como: En el principio Dios creó los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo. Pero al aplicar un conjunto diferente de vocales y pausas, la misma cadena de consonantes podría leerse de manera bastante diferente: Cuando Dios comenzó a crear los cielos y la tierra, la tierra estaba desordenada y vacía, y había tinieblas sobre la faz del abismo. Sin embargo, incluso en casos como este, la amenaza de ambigüedad es más teórica que real. Desde las primeras etapas de la transmisión de la Biblia hebrea, el texto se leía en voz alta, no solo se miraba en silencio (recuerde Nehemías 8 y Hechos 15:21: “Porque la ley de Moisés ha sido predicada en todas las ciudades desde los primeros tiempos y se lee en las sinagogas todos los sábados”). Obviamente, leer el texto en voz alta requería que se añadieran las vocales y las pausas adecuadas en los lugares correctos, anulando así la gran mayoría de estas posibles ambigüedades. Recibe nuevos artículos y actualizaciones en tu bandeja de entrada. Leave this field empty if you're human: Existe una gran cantidad de evidencia de que, desde una etapa muy temprana, se desarrolló una forma tradicional de leer el texto consonántico pelado: una tradición de lectura. La tradición lectora revistió el texto consonántico con todas las vocales y pausas necesarias para la correcta comprensión de las consonantes escritas. Esta tradición de lectura fue luego transmitida, oralmente, de generación en generación, al igual que el texto escrito, consonántico, fue copiado de generación en generación. En otras palabras, cuando conceptualizamos cómo se transmitió el texto de la Biblia hebrea desde mucho antes de la época de Jesús, hasta la Edad Media, debemos imaginar dos hilos simultáneos en esa transmisión: uno escrito (el texto consonántico) y otro oral (la lectura correcta del texto consonántico). La tradición lectora revistió el texto consonántico con todas las vocales y pausas necesarias para la correcta comprensión. Los Masoretas y el Texto Masorético Ahora estamos listos para volver a esos innovadores manuscritos masoréticos. Con el surgimiento del islam en el siglo VII d. C. y el aumento concomitante de la documentación escrita en los siglos siguientes, hubo una tendencia cultural general en el Medio Oriente hacia una creciente “textualización”. Durante este período, las tradiciones que anteriormente se habían conservado oralmente se escribieron cada vez más. Este movimiento hacia la textualización fue sentido, naturalmente, por las comunidades judías que vivían en el Medio Oriente. En el siglo VII de Tiberíades, en el norte de la tierra de Israel, surgió un grupo de eruditos cuya especialización radicaba en la preservación precisa tanto de la parte escrita como oral del texto bíblico hebreo. Estos eruditos, los masoretas (“transmisores de la tradición”), habían recibido ellos mismos la tradición oral con respecto a la recitación precisa del texto bíblico consonántico. El gran genio innovador de estos eruditos fue que encontraron una manera de escribir (“textualizar”) esta tradición de recitación que anteriormente había sido puramente oral. Elaboraron dos conjuntos de símbolos, cada uno de los cuales constaba de puntos y líneas. Un conjunto representaba las vocales y el otro representaba las pausas y los enlaces necesarios para dividir el texto en las unidades de sentido correctas (estos últimos signos suelen llamarse “acentos”). Luego, estas vocales y acentos se escribieron dentro y alrededor del texto consonántico mismo. Así, por primera vez en la historia, las partes escrita y oral de la Biblia hebrea se unieron en forma escrita en la página. Veamos un ejemplo: Vocales masoréticas y acentos en Génesis 1:1 en Codex Leningrad aclaran la interpretación. Sefaria Arriba, vimos que el Texto Masorético, a diferencia del texto bíblico conservado en los rollos de la Biblia hebrea, parece tener todo tipo de puntos y líneas alrededor de las consonantes. Ahora entendemos que estos representan las vocales y los acentos de la tradición oral de lectura, hechos “visibles” por primera vez en la página, junto con el texto consonántico. Así, casi toda la ambigüedad del texto consonántico puro se evapora. La imagen de arriba muestra el Texto Masorético de nuestro ejemplo anterior de Génesis 1. Las dos vocales en el recuadro rojo superior y el acento en el recuadro inferior apuntan bastante claramente hacia la interpretación que se traduce como: “En el principio, Dios creó los cielos y la tierra. Ahora la tierra estaba desordenada y vacía…” Innovación y Preservación En resumen: el texto masorético es la forma particular de la Biblia hebrea que se encuentra en los manuscritos masoréticos de los siglos IX y X en adelante, y es el fruto del genio de los masoretas, los eruditos textuales judíos activos en Tiberíades desde el siglo VII hasta el siglo XX. Siglos IX d. C. El Texto Masorético difiere de las formas anteriores de la Biblia Hebrea; anteriormente solo se escribía el texto consonántico (en rollos), mientras que la antigua tradición de cómo se deben leer esas consonantes en voz alta se conservó oralmente. En el Texto Masorético, por primera vez, la tradición de la recitación oral se hizo visible en la página, junto con el texto consonántico, gracias a la creación de los masoretas de signos de vocales y acentos. Lo que hemos hecho en este artículo es explorar, desde un punto de vista histórico, qué es el Texto Masorético, de dónde proviene y qué lo hace diferente a las formas anteriores de la Biblia hebrea. Hemos pensado en el Texto Masorético como una especie de innovación medieval. Pero no podemos afirmar haber comenzado a comprender el Texto Masorético hasta que lo hayamos pensado desde la perspectiva opuesta: como un acto de preservación extraordinaria, casi milagrosa. Kim Phillips kim.phillips@tyndalehouse.com | + posts Kim Phillips (PhD, University of Cambridge) es investigador asociado en Tyndale House y en la Unidad de Investigación Taylor-Schechter Genizah de la Universidad de Cambridge. Sus intereses de investigación incluyen el desarrollo y la transmisión de la Biblia hebrea, la exégesis bíblica judía y las traducciones de la Biblia aramea. This author does not have any more posts.